sábado, 16 de mayo de 2009

LA LECTURA


Leer para muchos maestros solo es un caso de decodificación y de sonorización de las letras sin mirar si sus alumnos han entendido algo. Pero observando definiciones nuevas y mas comprometidas con el acto de leer encontramos que es “interrogar el lenguaje escrito como tal, a partir de una expectativa real (necesidad / placer) en una verdadera situación de vida” (Josette Jolibert, 1997), es decir, interactuando con el mundo que nos rodea otorgando significación a los objetos, comprendiendo sus características y relaciones, que va desde un nombre de calle en un letrero, a un afiche, un embalaje, un diario, un panfleto.

Desde de la propuesta constructivista, mirada por Josette Jolibert (1997), el niño interroga los textos dándole sentido y significado a lo que lee, logrando que su comprensión no se quede en lo literal sino que trascienda a la comprensión inferencial directa o más allá. A este se une Goodman (1992) demostrando que el muestreo, las anticipaciones, las predicciones, las inferencias, las autocorrecciones; son estrategias que habitualmente utiliza un buen lector; puesto que concebir un acto de lectura de esta manera determina un accionar pedagógico particular que por cierto, no va a consistir en enseñar las letras y los correspondientes sonidos sino en plantear a los niños situaciones que estimulan y demandan la utilización de estrategias al encontrar un texto escrito.

Para alcanzar los niveles de comprensión se deben tener en cuenta los esquemas que el sujeto ya tiene y el modo de asimilarlos, es decir, la manera en que espontáneamente van organizándose los nuevos instrumentos intelectuales (Inheler, Sinclair y Bovet, 1985). A partir de dichos niveles, los niños pueden construir operaciones mentales como identificar, asimilar, poner en relación, combinar, comparar, clasificar, seriar, inducir, deducir, emitir hipótesis y verificarlas, simbolizar, codificar, esquematizar, representar, producir, transformar, transponer, transferir, etc. Entonces estas operaciones mentales están en la base de todas las actividades de lectura y de producción de textos, se transversalizan en la medida que son aplicadas en todas las áreas para ayudar en la comprensión literal e inferencial de la lectura. Estas propuestas constructivistas han resaltado la importancia de lo que aporta el lector, su competencia lingüística y cognitiva del tema y las estrategias que utilizan para comprender un texto, es decir para construir su sentido.

En los aspectos relacionados con los procesos de lectura encontramos autores que exponen concepciones acerca de estos conceptos: Isabel Solé (1987), Frank Smith (1987), Josette Jolibert (1997) y Rubén Darío Hurtado (2001 en Colombia).

Isabel Solé (1987) propone que leer es un proceso de interacción entre el lector y texto, mediante el cual se comprende el lenguaje escrito; en el acto de leer hay varios factores que están presentes durante la lectura, uno de ellos es la presencia de un lector que procede y que examina el texto el cual aporta al mismo unos objetivos, ideas y experiencias previas. Es el lector quien interpreta el texto sumergiéndose en todo un proceso de predicción e inferencia, otros factores son el conocimiento del mundo y del texto. Afirma Solé (1987) que: “siempre se lee para algo, ya sea para llenar un tiempo de ocio y disfrutar o para buscar una información concreta, para seguir instrucciones concretas de una actividad (cocinar, jugar, etc.) también para satisfacer una necesidad o para alcanzar un objetivo determinado”. La autora menciona además que el texto se lee dependiendo en gran parte de los objetivos que tiene el lector, teniendo en cuenta el tipo de texto ya que estos son diferentes, si es un periódico, una carta, un afiche, una novela o una enciclopedia, debido a que su contenido, superestructura y estructura textuales cambian.

En la misma línea Frank Smith (1987) plantea que leer es un acto psicolingüístico de carácter interactivo entre el pensamiento y el lenguaje, porque se relacionan la información no visual que posee el lector con la información visual del texto y con estos dos factores se construye el sentido del texto. Smith opina que la lectura es un proceso global e invisible, que el sentido del mensaje escrito no esta en la mente del autor sino que es el lector quien construye el significado de lo que lee a través de la interacción con el texto; además las experiencias previas del que lee juegan un papel fundamental en la comprensión del mismo.
Así mismo Josette Jolibert (1997) sustenta que “leer es atribuir directamente un sentido al lenguaje escrito”, “Directamente” quiere decir, sin pasar por intermedio:

· Ni de la codificación (letra a letra, silaba a silaba, palabra a palabra)
· Ni de la oralización.

Leer es interrogar el lenguaje escrito como tal, a partir de una expectativa real (necesidad / placer) en una verdadera situación de vida. Desde esta perspectiva interrogar un texto es formular hipótesis sobre su sentido, a partir de los índices que se detectan, muchos de esos índices son de naturaleza diferente a la de los elementos meramente lingüísticos de los textos mismos restringido del termino y verificando esas hipótesis. Esta interrogación del texto se desarrolla a través de toda una estrategia de lectura puesto que no tiene nada que ver con una decodificación lineal y regular que parte de la primera palabra y de la primera línea para terminar en la última palabra de la última línea, varia de uno a otro y de un texto a otro, para su mismo lector; y de un objeto de investigación a otro, para un mismo lector de un texto (yo puedo buscar informaciones diferentes en un mismo articulo, en momentos diferentes), en esta misma secuencia, para Hurtado leer es un proceso de construcción de significados a partir de la interacción entre el texto, contexto y el lector, entendiéndose así la comprensión de la lectura de un texto como la reconstrucción de su significado a partir de la consideración de pistas contenidas en el texto que se lee, es por esto que hablar de comprensión lectora, remite a saber qué es aprendizaje significativo (desde Ausubel, 1976) y por ende qué es el constructivismo, ya que el primero es el resultado de la propuesta constructivista.

En cuanto al aprendizaje significativo Ausbel (1976), como otros teóricos cognitivitas, postula que el aprendizaje implica una reestructuración activa de las percepciones, ideas, conceptos y esquemas que el aprendiz posee en su estructura cognitiva. Se Podría caracterizar esta postura como constructivista “(el aprendizaje no es una simple asimilación pasiva de información literal, el sujeto la transforma y estructura)” e integracionista “(los materiales de estudio y la información exterior se relacionan e interactúan con los esquemas de conocimiento previo y las características personales del aprendiz)” (Díaz Barriga 1989:15). Ausubel (1976), concibe al alumno como un procesador activo de la información, y plantea que el aprendizaje es sistematizado y organizado, pues es un fenómeno complejo que no se reduce a simples asociaciones memorísticas. Aunque se señala la importancia que tiene el aprendizaje por descubrimiento (dado que el alumno reiteradamente descubre nuevos hechos, forma conceptos, infiere relaciones, genera productos originales, etc.), desde esta concepción se considera que no es factible que todo el aprendizaje significativo que ocurre en el aula debe ser por descubrimiento; antes bien, por un aprendizaje verbal significativo, que permita el dominio de los contenidos curriculares que se imparte en la escuela, principalmente a nivel medio y superior.

Es importante recalcar que el aprendizaje significativo no es la “simple conexión” de la información nueva con la ya existente en la estructura cognitivista del que aprende, por el contrario solo el aprendizaje mecánico es la “simple conexión” arbitraria y no sustantiva; el aprendizaje significativo involucra la modificación y evolución de la nueva información reciente, así como de la estructura cognitivista en vuelta en el aprendizaje (Ausubel, 1983: 46-71)

Por otra parte el constructivismo postula la existencia y prevalencia de procesos activos en la construcción del conocimiento: habla de un sujeto cognitivo aportante, que claramente se destila a través de su labor constructiva lo que le ofrece su entorno.; según la posición constructivista el conocimiento no es una copia fiel de la realidad sino una construcción significativa del ser humano. Esta construcción es realizada fundamentalmente por los esquemas que ya poseen el hombre y por la actividad externa o interna que el aprendiz realice al respecto. Lo anterior implica que la finalidad última de la intervención pedagógica es desarrollar en el alumno la capacidad de realizar aprendizajes significativos por si solos en una amplia gama de situaciones y circunstancias.

Teniendo en cuenta las afirmaciones anteriores, es necesario insistir en que leer de manera permanente es importante, así como permitir que escriban debe ser algo fundamental mas no suficiente para que los alumnos construyan la lengua escrita de manera significativa, para esto, se hace necesario la intervención de un maestro o padre de familia que conozca el proceso del niño frente al aprendizaje y comprensión de la lectura.

Además de lo anterior se hace necesario que desde los primeros años de estudio se motive al niño a la lectura, para poco a poco ir avanzando en la adquisición de microhabilidades entendidas como una serie de destrezas especificas de comprensión que son fundamentales en el desarrollo de dicho proceso de lectura, algunas de ellas son: la memoria, la anticipación, la inferencia, entre otras, y luego avanzar hacia el desarrollo de capacidades cognitivas superiores que le permitan al estudiante construir significados a partir de lo leído. Es por eso que cada docente tiene la tarea de implementar estrategias que los lleven al gusto por la lectura, pues depende del buen hábito lector, el nivel de comprensión que se obtenga.

Otro de los aspectos relacionados con el gusto de la lectura es el hábito lector que han adquirido los niñ@s en el transcurso de su vida y que es en definitiva un punto determinante para que la lectura sea amena, productiva y autónoma.

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